Por Magdalena Sabella
Ilustración de Natalia Szücs
Todos los días, apenas empezaba a
oscurecerse el cielo, Mariano prendía las
luces de la casa. La del living, la de la cocina, la del baño, la del pasillo y
las de la habitación. No prendía más luces porque no había.
La mamá se quejaba: Hijito, ¡no
podemos prender todos los días todas las luces de la casa! Mariano quería luz, mucha luz porque tenía miedo
de mirar en la oscuridad.
Cada vez que lo intentaba le
parecía ver entre las sombras las formas de monstruos, fantasmas, dragones y
por eso no quería abrir los ojos.
Los papás habían intentado de
todo para sacarle ese miedo: charlas, retos, cuentos, juegos, chistes…nada
funcionaba. Al final de cada día, cuando el sol se escondía y la luna aparecía
en el cielo, Mariano prendía una por una todas las luces de su casa (y si
estaba en lo de la abuela todas las de la casa de ella también).
Los papás estaban muy preocupados.
Entonces al papá se le ocurrió una gran idea. Ir en carpa a pasar unos días al
campo. ¡Imagínense! Ir de viaje era una idea fantástica. ¡Ir en carpa lo hacía
más divertido todavía!
La mamá preparó los bolsos con la
ropa. El papá buscó la carpa y las bolsas de dormir. Mariano eligió algunos
juguetes para llevar porque no lo dejaban llevar el canasto completo.
Hicieron el viaje de día y
llegaron cuando todavía había luz. Al ratito nomás el sol se despidió y
adivinen quién llegó. Se vino la noche y Mariano ¡no tenía luces para prender!
Como ya estaba empezando a hacer pucheros el papá le dio la mano y lo invitó a recorrer
el campo. De la mano de papá estaba tranquilo y seguro.
Se alejaron de la carpa unos
metros y se detuvieron. El papá le dijo: Abrí los ojos bien grandes y mirá al
cielo. Mariano levantó la cabeza despacito, despacito y cuando abrió los ojos…
¿saben que encontró? un millón de ESTRELLAS y una LUNA redonda y blanca.
Cuando bajó la mirada descubrió un montón de lucecitas que se prendían y se apagaban.
-¿Qué es eso papá?- preguntó.
-Son luciérnagas.-
-¡Yo nunca vi un bicho con luz propia!-
-Mira lo que te perdías si no te animabas a abrir los ojos
en la oscuridad.- dijo el papá.
Mariano disfrutó mucho de esos
días en el campo. Cuando volvió a su
casa quiso buscar más bichitos de luz pero no pudo encontrar ni uno.
El papá le explicó que es difícil
encontrarlos en la ciudad, porque ellos no van a los lugares donde hay mucha
luz. Prefieren la oscuridad para poder usar sus linternitas. Igual Mariano los
busca. Todos los días cuando el sol se va y aparece la luna, apaga todas las
luces de la casa intentando encontrar algún bichito que se haya venido del
campo para la ciudad.
La mamá se queja: Hijito, ¡no
podemos dejar todas las luces de la casa apagadas! ¡No veo nada!
Pero a Mariano ahora le gusta la oscuridad
porque puede contar las estrellas, ver la luna y porque además se compró una
linterna y juega a ser un bichito de luz que se prende y se apaga, se prende y
se apaga…


Divino. Ilustrativo. Sencillo lenguaje adecuado para la situación adecuada... hermosos dibujos. Un cuento que tranquilamente se deja contar y entender, un cuento que contaría a mi hija sin dudarlo. Felicidades. Erica Eliana Szücs (Abogada)
ResponderBorrarGracias Erica!!!!
ResponderBorrarHermoso Magda!!!! Gracias por compartirlo!
ResponderBorrarGracias! Espero que tu hijo lo haya disfrutado mucho!!!
BorrarLe encantó! Me pidió otra vez, otra vez. Se siente identificado!!!!!
BorrarHermoso Magdalena!!!felicitaciones.Es muy entretenido y con una enseñanza.Ideal para los mas chicos.
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ResponderBorrarLastima que mis nietos ya estén más grandes !!!!Buenísimo
ResponderBorrar¡Hermoso! Tu capacidad para abordar y trabajar situaciones cotidianas ahora toma forma lúdica. ¡Felicitaciones! Y descubiertas tus capacidades literarias quedo esperando más publicaciones
ResponderBorrarGracias Gaby! Iré publicando más cuentos de a poquito!
ResponderBorrarMARAVILLOSO EXCELENTE VOCABULARIO Y LA IMPORTANCIA DE EL CONTACTO CON LA NATURALEZA.
ResponderBorrarMuy bueno. El papá le dio contención y seguridad. Hermoso cuento... a veces hay que hacer varios campamentos...😁
ResponderBorrarJaja tal cual Viví!
ResponderBorrarHermoso, que lindo escribis! me encantó la historia, te felicito..
ResponderBorrarMuy lindo Magda. Quiero mas!!!
ResponderBorrarMuy lindo Magda. Quiero mas!!!
ResponderBorrarYa leíste Mariana y la bruja? Está en este mismo blog!
BorrarMuy lindo cuento Magda, queremos más!
ResponderBorrarPueden leer en este blog el de Mariana y la bruja!
BorrarExcelente cuento Magda!!! Me encantó. Por acá también hubo identificación con la situación. Felicitaciones. Gracias por compartirlo.
ResponderBorrarMuy lindas las ilustraciones.
Me alegro muuuchooo!
Borrar¡Hermoso cuento! Y bella ilustración. ¡Me han emocionado! ¡Felicitaciones!
ResponderBorrarQue lindo haberte emocionado Andre!!!!!
BorrarMe alegro que te hayan gustado las ilustraciones! Es una tierna historia!
BorrarHermoso! fui viajando junto a Mariano, levantando despacio la cabeza para descrubir el cielo!
ResponderBorrarGracias por compartirlo!!! Marité
Que lindas palabras prima!!!!!
BorrarEspectacular.... Carlitos le encantó, lo entendió y le dijo a Mariano que era un Catlitos prendiendo las luces de la casa.... jajaja muy bueno
ResponderBorrarCarlitos es un genio!
ResponderBorrarHermoso Magda. A no perder de vista lo hermoso que nos ofrece la naturaleza. Me transportó 😍
ResponderBorrarY pronto vas a tener con quien compartirlo 😉😙
BorrarHermoso Magda. A no perder de vista lo hermoso que nos ofrece la naturaleza. Me transportó 😍
ResponderBorrarUn buen cuento para superar el miedo a través de la observación y experiencia en la naturaleza.
ResponderBorrarSigue escribiendo, Magda
Gracias Chuni!
BorrarHermoso cuento!! Mariano se parece mucho a mi primito, así que le voy a regalar una carpita para el balcón además de este cuentito. Felicitaciones por tan hermosa producción. Queremos mucho más!!
ResponderBorrarGracias Lu! Podes leer Mariana y la bruja acá mismo o esperar unos días a que salga el próximo!!!
BorrarHermoso cuento! Con la belleza de lo simple y la profundidad de lo complejo. Me deja pensando también, cómo los adultos podemos ser "bichitos de luz" para prendernos y apagarnos cuando nuestros niños lo necesiten. Ayudándolos a "ver" que también se puede descubrir belleza en la oscuridad. Muchas gracias Magda!!!
ResponderBorrarLinda reflexión Fer! Gracias!!!!!
BorrarExcelente Magda!!! Se lo voy a leer a mi hija, que está con el miedo a la oscuridad a full!!!!Felicitaciones y muchos éxitos!!!
ResponderBorrarHermoso cuento Magda! Gracias por compartilo. La lectura siempre nos transporta a lugares mágicos y nos brinda un herramienta de trabajo inigualable. A mi hijo le encantooo
ResponderBorrarLas devoluciones de los niños son especialmentevaliosas para mí. Gracias Stella.
ResponderBorrarUn hermoso cuento con varios aspectos: el contacto con la naturaleza, la situación "miedo" y la idea del padre para que Mariano la supere. Y, como en tus otros cuentos, unas ilustraciones preciosas! Me encantó! Gracias!
ResponderBorrarMe alegra mucho que hayas disfrutado del cuento y las ilustraciones... Es fantástico poder transportarse a otra historia a través de la lectura! Un honor colaborar con Magda en tan linda tarea!
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